domingo, 23 de septiembre de 2012

Domingo, 23 de septiembre.

Me despertó el olor a comida, mi nariz se arrugó y me moví varias veces antes en la cama antes de despertarme. Me levanté y todo me daba vueltas, en aquel momento sentí un alivio al mirar a mi alrededor con la mano en la cabeza y reconocer las paredes maltrechas de mi cuarto. Mi ropa andrógena con tendencia masculina. Shane. Tomé los lentes de sol debajo de mi almohada y me los puse, me senté al borde de la cama para coger una bocanada de aire, mis piernas se estiraron algo tambaleantes para apoyar mi mano en la pared y deslizarla pasando a llevar los flyers y fotos pegadas a ella. Entonces abrí la puerta y el olor a comida casi me hizo vomitar, pero ella estaba allí con su pijama sugerente, una camisa de hombre corta y ancha. Rebecca.






De pronto sentí un cachetón en la mejilla, un duro golpe y que la cabeza se movió para todos lados. De nuevo unas ganas incontenibles de vomitar.
- Estúpido Shane, ya te dije ya que me dejaras en paz, entiende he venido aquí por Bianca no por ti  imbécil...- gritaba Rebeca como histérica, parpadeé un par de veces, tenía sus muslos sujetados con fuerza encima de la encimera de la cocina y mi rostro perdido entre sus pechos. Al caer en cuenta, la solté de golpe y me tiré hacia atrás, caí en el suelo. Empecé a tiritar.
-Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento- musité una y otra vez sin poder dirigirle la mirada mientras me abrazaba a mí misma.
- Si Bianca lo sé. lo sé- su voz se escuchaba más cerca. - Ese Shane es un imbécil, yo vine a verte Bianca, volví para quedarme un par de semanas y me vuelvo, tu sabes, las investigaciones de mi tesis, vine a ver también como estabas de pastillas. Me tendió la mano incapaz de tomarla, me levanté como pude, me apoyé en la mesa y me levanté.

- ¿Vienes por otro análisis? - Rebeca asintió. - Bien, tranquila, no... no me interesa, creo que una simbiosis. Tu me das mis pastillas, cuidas que no me suicide y tu tienes tus datos.
- Bianca... Tu, tu sabes que no es solo eso, nos conocemos desde que teníamos 8 años, somos amigas yo te amo. Querer ayudarte me hizo tomar mi profesión, es mi vocación Bianca, ayudarte es mi vocación.
Me giré parar mirarle. - Tranquila Rebeca no tienes nada que explicarme, esta bien, gracias por preocuparte por mí-  agregué sin poder tocarle. La cachetada dolía.

Rebeca suspiró y me abrió una silla. - Siéntate te hice tu comida favorita

Mis píes se arrastraron, mientras mi mano derecha sujetaba mi mejilla y mi cabeza cabizbaja.

-Te compre comida, quiero que comas Bianca, verifiqué tus pastillas y te dejé más, ¿recuerdas el trato?- interrumpió. Asentí para sentarme en cámara lenta.
- Sé que esta pregunta no te va a gustar, pero... ¿Moira se esta acostando con Miguel?- el cubierto se me cayó de las manos, mi rostro se desfiguró para mirarle.
-¿Por qué preguntas eso?- la voz salió sepulcral.
- Cuando venía para acá me dijo que aprovechando que vendría a verte que te dijera que contestaras sus mensajes y que ¿por que habías dejado de asistir?
- No lo sé, creo que no... y si es fuese así sería otro punto más para odiarla, si deje de asistir, fue por eso. Miguel se ha portado muy bien, no quiero involucrarlo con mi mierda de vida y mis demonios.
-Bien...- suspiró Rebeca.
- ¿Y Shane?- preguntó.
- Shane anda bien, como siempre, llevando de punta en blanco su doble vida y jodiendose a cuanto débil consigue.
- Ese puto.- suspiró Rebeca.
- Siento tanto que te haya hecho eso Rebeca, enserio, mira, si pudiese devolver el pasado y si tuviese control sobre él yo, te lo juro que nunca lo hubiera hecho. 
- Ya Bianca tranquila, si lo conozco bien y sé lo puto que es, y lo enfermo que esta.
Volví a mirar mis panqueques y a comer un bocado.
- Estas mas flaca, te ves muy bien.- agregó Rebeca.
- Tranquiila Rebeca estoy comiendo... No tienes que hacer ese tipo de comentarios para hacerme sentir bien. - comí otro bocado -Si aunque no lo creas como tres veces al día, no mucho, pero como. Creo que eso es un progreso- Asintió.
- ¿Drogas?- susurró Rebeca más bajo.
- No drogas, porque lo único que hacen es llamarlos con más fuerza... Y creo que estoy haciendo grandes progresos como para mandarlo a la mierda.- comí otro bocado.
- ¿Y tú Bianca?- preguntó Rebeca acercando su silla.
- ¿Tú como estas? ¿Como te sientes?- suspiró.
- Yo no siento nada, así que supongo que estoy bien. Las pastillas que me diste me ponen mas observadora, me place mirar las cosas, siempre hay cosas nuevas que ver. Escucho música, leo, no salgo mucho. Me guardo... Lo mío no es la gente, ya deberías saberlo.
- Deberías poder desarrollar mejor esas habilidades sociales Bianca.
No levanté la mirada.
- ¿ Para qué? ¿ Qué podría yo entregarle a ellos? Estoy vacía. Y si quieren algo de mí, realmente no es de mí, o es de Shane, algo relacionado con el éxito o es Moira, solo quieren follarme. Yo estoy bien. Quiero paz, quiero soledad en el tiempo que estoy. No vale la pena tratar con el mundo.
Rebeca suspiró para tomarme en sus brazos y abrazarme.
- Hasta ahora, cuando me abrazas, sigo teniendo la misma reacción.
Rebeca rió y asintió.
- Si... comienzas a tiritar y a hiperventilar, nunca me abrazas devuelta y te quedas paralizada.
- Desde siempre.
- Vamos come eso y nos vamos a comprar  unas cosas y hacer algo solo tu y yo el día de hoy- musitó para abrocharse y acomodarse de mejor manera la camisa y los rizos oscuros que caían en su piel de morena, se levantó de la mesa.
- ¿Rebeca?- pregunté.
- ¿Si contesto ella?
- Cuanto tiempo pasó entre la disociación y la cachetada?- pregunté. Rebeca frunció el ceño.
- ¿Por qué?- pregunto ella.
- Lo digo porque parece que pasaste un buen rato con Shane antes de pegarle el cachetón...- suspiré para meterme el último pedazo. - Te quedó muy rico.- me levanté de la silla y me dirigí al cuarto para vestirme.

No Rebeca nunca pudo superarlo y a veces siento, que cuando Rebeca viene a visitarme, en su necesidad obsesa de encontrarle, lo llama, lo atrae y cuando por fin lo consigue, satisface su placer y obsesión y luego se hace la ofendida para echarlo y Shane lo sabe y lo disfruta. Suspiré. Rebeca siempre va estar atrapada, porque para Shane, Rebeca es una de sus muñecas favoritas.



Bianca R.